Calidad de vida y evaluación clínica (CEAP) de desorden venoso en gestantes de la clínica Rafael Calvo en el año 2021-2022

Abstract

La enfermedad venosa crónica es una entidad ampliamente distribuida a nivel mundial con prevalencias que oscilan desde el 1 % hasta el 90%, siendo mayor en países industrializados impactando en la calidad de vida y la productividad laboral (1–4). Además, suele ser mayor en edades avanzadas, y afecta a las mujeres más que a los hombres (5). Se ha evidenciado un mayor riesgo en aquellas mujeres que tuvieron partos previos, sin embargo, no está del todo claro si el embarazo acelera el desarrollo de las mismas (1). Las causas de las enfermedades venosas no están completamente identificadas; sin embargo, se han descrito cuatro factores principales: la herencia genética, las hormonas femeninas, la fuerza hidrostática gravitacional y la fuerza muscular hidrodinámica (6,7) La patología venosa ocurre cuando aumenta la presión venosa y se deteriora el retorno de sangre. Esta situación puede deberse a insuficiencia valvular u obstrucción venosa en venas profundas, superficiales o perforantes; Además, todas las disfunciones de la bomba de los músculos de la pantorrilla también contribuyen a esta condición (5,7). En las mujeres, las paredes de las venas y las válvulas se ven afectadas por los niveles cíclicos de progesterona, y estos cambios se vuelven más pronunciados por la obstrucción del retorno venoso y el aumento del volumen sanguíneo durante el embarazo (5,6) Casi la mitad de las mujeres con enfermedad venosa durante el embarazo experimentan una calidad de vida reducida como resultado del síndrome postrombótico (8), por lo cual es un desafío para el médico tratante la identificación temprana así como la implementación de medidas que permitan un manejo optimo y precoz.