Resumen:
Instituciones como Coldeportes, han recalcado la importancia de los deportes
para desarrollar buenos hábitos, costumbres, fortalezas, y demás beneficios en el
individuo, así como la capacidad y posibilidad de expresarse al interactuar socialmente
con otros. Según Bamonte (2008), “el deporte no transmite valores por la práctica en sí
misma, sino que esa transmisión tiene que ver con los recursos que utilizan los docentes
o tutores y los modos de participación y desarrollo de las prácticas deportivas como tal”
(p.2). Para Prieto (2018) el deporte proporciona valores formativos que le son útiles al
ser humano; debido a esto, puede considerarse una herramienta eficaz para hacer frente a
la drogadicción.
Por otro lado, Álvarez (2018) afirma que “la precariedad, exclusión, inestabilidad
familiar, situación de calle, reclusión y estigmatización son factores que influyen en el
consumo de drogas” (p.12). De este modo, las circunstancias anteriormente mencionadas
pueden potenciar el desarrollo de conductas desadaptativas, la conformación de
pandillas y el microtráfico. Moscoso, et al. (2009) en su libro “Deporte, salud y calidad
de vida” afirman que el deporte contribuye a “mejorar la sociabilidad y las habilidades
individuales de influencia social, como el asertividad y la autoestima y, entre algunos
grupos de riesgo, ayuda, además, a prevenir problemas de desviación social” (p.12).
El deporte se ha convertido en un vehículo para la expresión y liberación de
energía. Además, mediante su práctica se obtienen beneficios a nivel social, anímico,
biológicos, psicológicos, etc. En ese sentido, Moscoso et al. (2009) explican los
beneficios que tiene el deporte en diversas áreas:
“A nivel psíquico, el deporte y el ejercicio físico estimulan la producción de
hormonas que mejoran el bienestar personal al aumentar la capacidad
psicomotriz del individuo y, con ello, la sensación de autonomía personal, lo que
crea un mejor estado de ánimo; algo necesario para afrontar los trastornos
mentales y para fortalecer el control emocional” (p.11).
Como se revisó, la ejecución del deporte incentiva, la búsqueda de bienestar, asimismo,
influye en cómo el sujeto va aprendiendo a adquirir estrategias que lo ayuden a afrontar sus
realidades cotidianas. Rodríguez et al. (2020) afirman que la práctica de actividad física
promueve un estilo de vida activo y sano, fomenta o crea hábitos de adherencia a la práctica
de la actividad física. En ese orden de ideas, esta investigación se basa en jóvenes en la
etapa de adolescencia que practican el boxeo y que se residen en barrios de estratos
socioeconómicos bajos de la ciudad de Cartagena, mayormente barrios donde el índice de
criminalidad y de pobreza son significativamente altos; jóvenes, quienes son propensos a
desarrollar conductas indeseadas, patrones culturales desadaptativos y visión catastrófica
del futuro. Por ende, para esta investigación, es importante comprender la percepción de
estos jóvenes frente a la movilización de sus estrategias de afrontamiento y la práctica del
boxeo, debido a que se hace necesario conocer qué recursos utilizan para hacer frente a los
fenómenos sociales presentes en sus entornos como lo son la criminalidad, conductas
indeseadas, el consumo de sustancias psicoactivas, la deserción escolar, entre otros. La
presente investigación puede ser de gran contribución para el conocimiento científico y a su
vez, para sensibilizar, tanto a la sociedad como a diversas entidades distritales, para que
atiendan los fenómenos sociales expuestos en el párrafo anterior.