Resumen:
Este órgano es colonizado por distintos microorganismos que van a ser residentes permanentes, temporales o transitorios. Aunque los gérmenes de la flora habitual de la piel pueden ocasionalmente causar infecciones, los patógenos usuales son: Staphylococcus aureus y Estreptococo β-hemolítico del grupo A (Streptococcus pyogenes), ya sean de procedencia exógena, endógena, por propagación hematógena o mediante mecanismos patogénicos indirectos por toxinas o reacciones inmunológicas.
Las IPPB constituyen una causa importante de morbilidad y un motivo frecuente de solicitud de atención médica y se pronostica un aumento moderado, pero constante, de éstas dado el envejecimiento paulatino de la población y el aumento de la resistencia de microorganismos grampositivos a los antimicrobianos. El S. aureus es responsable del 43-46% de todas las infecciones de piel y tejidos blandos y del 25-30% de los abscesos en enfermos hospitalizados, observándose un aumento de las resistencias a antimicrobianos, por ejemplo, a meticilina (24% y 29,5%), ciprofloxacino (20,4% y 26,5%) y clindamicina (16,5% y 20,9%), respectivamente en cada país.
Aunque en la mayoría de los casos producen infecciones cutáneas leves como forúnculos o abscesos, se ha documentado una elevada capacidad de destrucción tisular, y se han descrito casos de fascitis y neumonías necrosantes que en algunos casos han sido letales, por tanto ,y considerando también la tendencia epidemiologica proveniente de otras poblaciones, es importante no asumir que las infecciones leves de piel y partes blandas en nuestros pacientes están causadas por S. Aureus sensible a meticilina (SASM). Otro aspecto relevante en la epidemiología de este patógeno es su introducción y diseminación entre pacientes hospitalizados.