Resumen:
En el presente documento se realizó una revisión de 38 artículos publicados en los años 2000 a 2018, discriminados en: 25 manuscritos internacionales y 13 nacionales; de esta fuente bibliográfica se extrajo la temática sobre los conocimientos y prácticas del cuidador sobre Infecciones Respiratorias Agudas (IRA) en niños y niñas de 0 a 5 años. Se abordó frente al tema, la epidemiologia, su clasificación etiología, causas factores de riesgo, estadísticas, el rol del cuidador y el rol de enfermería y las medidas de prevención; también se hablará sobre la cultura, el conocimiento y prácticas del cuidador.
Debido a lo anterior se debe de tener en cuenta que las Infecciones Respiratorias Agudas (IRA) se encuentran en la actualidad ubicada entre las diez primeras causas de defunción general y dentro de las 3 primeras en los menores de cinco años, son además consideradas un problema de salud pública. Siendo estas enfermedades prevenibles y tratables se convierten en un problema prioritaria y que requiere un seguimiento importante por parte los profesionales de enfermería (2).
La Infección Respiratoria Aguda (IRA) se concibe como un problema de salud mundial, la cual afecta principalmente a los países que se encuentran en vía de desarrollo. La ERA ocasiona un porcentaje de 30 al 40% de las hospitalizaciones. Por ello, la neumonía les causa la muerte a más de muchos niños y niñas en el mundo que cualquier otra causa individual y representa además un 20% de todas las muertes de menores de cinco años (3).
El Ministerio de Salud ha estimado la carga de enfermedad para Colombia a través de datos sobre morbilidad y mortalidad que fueron obtenidos en los años 1989 y 1991, demostrando los resultados que la infección Respiratoria Aguda ocupa el sexto lugar jerárquico general explicando en un porcentaje del 4.5% de la carga total; además la IRA es 18% y 21% de la carga total de las enfermedades
comprendida entre las enfermedades transmisibles y perinatales en niños y niñas entre 0 y 14 años de edad respectivamente (4).
Durante el 2016, se notificaron 603 muertes por IRA en menores de cinco años, 565 mediante la ficha 600, 10 casos mediante la ficha 345 y 28 casos por la ficha 348, con un promedio semanal de 11,6 muertes. En la distribución por sexo de los casos notificados de muerte por IRA en menores de cinco años el 55,0 % son de sexo masculino. En cuanto a la edad, el 62,9 % (379) de los casos se notificaron en menores de un año (5).
Según las características de las muertes por IRA notificadas en menores de cinco años el 65,2% procedían de la cabecera municipal y el 34,8 % de rural disperso y centros poblados. En relación al régimen de afiliación de los casos notificados el 63,5 % corresponden al régimen subsidiado, seguido por el 24,2 % correspondiente al régimen contributivo, en tercer lugar, se encuentran las muertes en personas sin afiliación, con una proporción del 9,5 %. En cuanto a la pertenencia étnica el 69,3 % pertenece a otros grupos étnicos, se presenta una importante proporción en población indígena del 25,2 %, seguido por el 5,0 % de población afrocolombiana. Durante el 2016, 35 entidades territoriales notificaron muertes por IRA en menores de cinco años. Bogotá es la entidad territorial con mayor porcentaje de casos (16,7 %), seguido de Antioquia (13,6 %) y Cartagena (7,8 %) (6).
De las muertes notificadas con información de factores de riesgo el 29,3 % tenía antecedentes de desnutrición, el 38,5 % no contaba con esquema de vacunación completo para la edad y el 31,1 % vivía en condiciones de hacinamiento; en Cartagena no se presentaron casos por antecedentes de desnutrición, pero un 25% por no tener esquema de vacunación completo para la edad y 33,3% por vivir en hacinamiento (6).
La notificación de muertes en menores de 5 años por IRA durante el 2016 muestra un aumento del 7,12 % en comparación con el mismo periodo de 2015 y del 19,6 % en comparación con el 2014 (5).
Muchos países se ha observado que aun cuando los servicios y el personal de salud están accesibles a la población, los niños enfermos no son llevados para ser atendidos por estos, sino que son tratados en el hogar con remedios caseros. En algunos casos, los niños también son vistos por curanderos y otro tipo de personal tradicional. El manejo de la enfermedad de un niño en el hogar no es aconsejado siempre que las medidas de tratamiento que se apliquen no sean potencialmente nocivas y siempre que los padres o responsables del cuidado del niño conozcan y sepan identificar os signos de alarma para decidir que el niño debe ser atendido por un personal de salud (7).
En los estudios más recientes se han obtenido como resultados que los padres no conocen la definición de Infección Respiratoria Aguda, además tienen algunos conocimientos sobre los signos y síntomas de alarma, y la mayoría de ellos prefieren realizar un manejo en casa con el uso de remedios caseros para la tos, sibilancias, fiebre y dificultad respiratoria antes de consultar a una institución de salud (8).
Adicional a esto se identificó que la mayoría de estos remedios caseros fueron heredados de generación en generación y los padres y/o cuidadores confían en su uso, pero desde la literatura la mayoría de estos remedios no son convenientes ya que, o empeoran la situación de enfermedad o en realidad no tienen ningún efecto en la recuperación de los niños (8).
Esto sugiere que aunque existen algunos conocimientos en los padres sobre signos y síntomas de alarma de las IRAs, es necesario que los profesionales de enfermería sigan educando y aporten un amplio conocimiento y adecuadas prácticas de cuidado a los padres y/o cuidadores para que logren además de reconocer los signos y síntomas de alarma, retirar o modificar las prácticas de cuidado en casa y así acudir a los servicios de salud oportunamente, ya que el uso de remedios caseros antes de asistir a los centros hospitalarios fue un factor que relució en los participantes de este estudio y que contribuyen a la aparición de complicaciones derivadas de las Infecciones Respiratorias Agudas, no obstante el profesional de enfermería no debe dejar de lado estas prácticas culturales sino que por el contrario es necesario indagar sobre estas con el fin de que el cuidado aportado sea culturalmente coherente y de esta manera llevar a cabo lo establecido en el modelo de la transculturalidad de Leininger (8).
Se ha podido determinar que una de las principales causas de esta enfermedad son la falta de conocimiento de los padres y otros responsables del cuidado de los niños menores de cinco años acerca de los signos y síntomas de alarma, que indican que el niño debe ser visto por personal de salud. Adicionalmente se ha comprobado que otro de los factores que parece generar complicaciones en las IRA es recurrir a la utilización de remedios caseros tales como: "baños con hojas de eucalipto, baños con guarumo, uso de medicamentos tradicionales y evitar el sereno como primera medida (7).
En países como Cuba la mortalidad por IRA registró una mortalidad para el año 2012 que 31 menores de 1 año correspondiente a una tasa de 0.2 por cada 1000 nacidos vivos constituyéndose la en la sexta causa de muerte, en el grupo de 1 a 4 años estas entidades ocuparon el tercer puesto en la tabla de mortalidad con una tasa de 0,4 por cada 1000 nacidos vivos (9).
Se tiene por ello en el contexto latinoamericano que la situación no es muy distinta a la del resto del mundo, ya que se considera que las IRA son las culpables de más de 100 mil defunciones anuales en menores de un año. Para ello se tiene en cuenta el estudio realizado en la Universidad de Santander por unos médicos, en donde se pudo demostrar que un 90% de las muertes por enfermedades respiratorias son debidas a la neumonía y el 99% de éstas más se producen en los países en vías de desarrollo de América Latina y el Caribe (2).
Para el continente americano las infecciones respiratorias agudas significan entre el 30% y 60% de las consultas de los menores a los servicios de salud, así como entre 20% y 40% de las hospitalizaciones pediátricas. Estos eventos se encuentran fuertemente asociados con complicaciones posteriores que afectan la salud y la relación social del niño (10).
En Colombia los problemas respiratorios han aquejado tanto a niños como adultos, en donde las condiciones económicas, sociales e individuales en nuestro país se convierten en los factores de riesgos que contribuyen al desarrollo de la IRA, por ello, estas enfermedades fueron la tercera causa de mortalidad infantil; cabe resaltar que en el año 2012 los departamentos con mayor número de defunciones en menores de cinco años fueron, Chocó y La Guajira, con tasas de mortalidad por encima de 20 muertes por cada mil nacidos vivos (11)
Para el año 2013 la tasa de mortalidad infantil en Colombia fue de 15,6 x 1.000 nacidos vivos observándose un mayor número de muertes en menores de un año; las principales causas son las malformaciones congénitas, con un total de 2.229 muertes, seguido de afecciones del periodo perinatal con 1.152 muertes, en tercer lugar, las infecciones respiratorias con 379 muertes para este año (11).
Según los datos del Ministerio de Salud de Colombia, la infección respiratoria aguda (IRA) en menores de 5 años genera un alto índice de morbilidad y mortalidad, que
implica costos sociales y económicos bastante considerables. Por ello, la importancia de estrategias como la educación en salud, implementada en países como Chile, donde hubo una disminución de la morbimortalidad gracias a esta estrategia. Allí se educaba a todas las madres que consultaban y se les brindaba educación sobre esta enfermedad (12).
En la ciudad de Cartagena, de acuerdo al Departamento Administrativo Distrital de Salud (DADIS), las cifras oficiales indican que en 2010 se reportaron 19 casos de muerte por infección respiratoria aguda en menores de 5 años. Para 2011 la cifra se redujo a 12 muertes. Las razones de esta situación podrían encontrarse en la implementación de la estrategia de Atención Integral a Enfermedades Prevalentes en la Infancia (AIEPI), así como en la capacitación clínica y comunitaria que han permitido captar en la propia comunidad a los pacientes, haciéndoles una clasificación inicial y determinando la necesidad de remisión en un centro asistencial, de tal manera que se agilice la identificación y traslado de los niños en mayor riesgo de complicaciones (13).
Lo anteriormente expuesto ha posibilitado al DADIS la reducción progresiva de mortalidad por infección respiratoria aguda, sin embargo “aún se registran cifras superiores a las de otras ciudades como Bogotá (14,3 casos por cada 100.000 menores de 5 años), Medellín (9,7 casos) y Cali (13,2)” (13).
La presente investigación busca indagar sobre las prácticas de cuidado brindadas por una comunidad de cuidadores de niños menores de cinco años con Infección Respiratoria Aguda según los signos y síntomas nombrados en la estrategia de Atención Integrada a las Enfermedades Prevalentes de la Infancia (AIEPI) tales como tos, sibilancias, fiebre y ruidos respiratorios.
Lo anteriormente expresado es de gran importancia, debido a que conlleva a que los padres de familias puedan reflexionar y actuar en base en conocimientos bien fundamentadas que les permita además emprender acciones dirigidas al mejoramiento de sus condiciones de vida y la de sus menores hijos, obteniendo además como beneficio el hecho de que se pueda evitar riesgos físicos que son generados por la negligencia y el poco conocimiento de prácticas adecuadas, para ello deben intervenir el personal de enfermería, ya que este profesional permitirá enseñar a identificar los signos de peligros y la búsqueda apropiada de atención y el seguimiento de tratamiento y control que se debe tener.
Los beneficios para la universidad se encuentran en que sus estudiantes estarían produciendo y aplicando conocimientos relacionados con la evaluación de prácticas de salud, particularmente en cuidadores de menores de edad. Además, la Universidad contará con una gran experiencia en la temática de la investigación y además se convierte en la base para futuras investigaciones que tengan similitud con la temática tratada.
Finalmente, los beneficios para las autoras corresponderían a que establecerían contacto con la población, lo que les servirá como experiencia para mejorar el trato hacia los demás, desarrollar habilidades y valores, como la empatía y en general, de práctica profesional para la apropiación de conocimiento y la aplicación en terreno, mediante técnicas científicas.